Lo bueno de esta noche ocurrió al volver. Como es costumbre, nos pillamos un taxi, pero lo curioso era que cuando lo cogimos, la taxista (si, era una mujer y mayor) estaba to sopa, de hecho la despertamos nosotros, y nos dijo que sin problemas, que nos llevaba. Sin problemas??? Hija de …., estuvo tol viaje sobándose, que tenía que hablar para que se desperezara y aun así me miraba como con mala hostia por desvelarla, que risa la verdad, porque no hubo sensación de peligro, ya que cada vez que cerraba los ojos chillaba y se medio recomponía, pero la verdad es que era para darla dos hostias. 
Bueno, al dia siguiente (nuestro último día) nos fuimos a ver el edificio Italia, que es uno de los más altos de Sao Paolo e hicimos una fotos chulísimas.
Y nada, pues esto fue el viaje a Brasil, quizás el que más me ha impresionado de todos los que he hecho, gracias en gran medida a Lara, que fue una grandísima anfitriona.
Hasta luego (o como parecía que decían en Brasil: hazteloco”)