martes, 12 de mayo de 2009

BRASIL III Rio de Janeiro











Rio fue nuestro siguiente destino. Esta vez fuimos en compañía de Lara.
La llegada a Rio se puede resumir de la siguiente manera:
Levantarse a las 4 de la mañana – avión a Sao Paulo a las 6 – llegada aeropuerto internacional Sao Paulo – siesta de una hora en casa de Lara – Comida en la zona de la Ofecomes de SP – taxi al aeropuerto nacional de SP – Llegada al aeropuerto nacional de Rio.
Amos que nos conocemos bien los aeropuertos y estábamos un poco cansados. Nada más bajar pillamos un taxi, al que damos la dirección del hotel dónde teníamos la reserva y empieza el tio a hablar en portugués en Lara pero le entendimos todo, la conversación fue más o menos la siguiente:
Taxista: Ya han reservado el hotel?
Lara: Si, por?
T: Bueno es que la zona no es muy buena
L: Pero no es en Copacabana?
T: Si, pero es en la entrada al morro (montañitas dónde se sitúan las favelas de Rio) de una favela.
L: Pero está muy cerca?
T: Es justo en la entrada y hace poco hubo disparos con la policía y está la zona muy revuelta, de hecho hay taxis que no quieren ni pasar.

Yo fue oír la palabra disparos y me hice caquita, no me acuerdo como se decía en portugués pero
(Raúl nos señala el morro de la favela, lugar del hotel)
lo entendí, y no fui el único, ya que Lara se disponía a traducirnos cuando la dijimos Raúl y yo que habíamos entendido todo y nada, las de la agencia de viajes no contestaban al teléfono por lo que decidimos ir y probar.


La verdad es que nada más llegar a la puerta del hotel empezamos a ver mogollón de movimiento y a sentirnos muy observados, por lo que fui directo a la puerta (el trayecto desde el taxi eran no más de 5 metros).


Una vez que estás en el hotel y vas viendo la zona te das cuenta que lo único que no hay que hacer es dar demasiado el cante cuando sale a la calle (no ir con demasiadas cosas encima) y no salir andando por la noche, siempre coger un taxi, de ese mod0 no tiene porque pasar nada, y es más laimpresión inicial de encontrarte en la entrada de una favela que el hecho de que exista de verdad peligro, ya que la matoría de la gente que vive en ellas es gente trabajadora normal, pero bastante pobre.


(Vista desde el balcón de la habitación , al fondo Copacabana)
Hablando de Rio la verdad es que hay que decir que es de las ciudades más bonitas que existen, o al menos que yo haya visto, tiene un colorido increíble y las playas de Copacabana, e Ipanema, son la hostia, a parte del Cristo del Corcovado, el Pan de Azúcar y la Laguna.
El primer día nos fuimos a cenar al hipódromo de la ciudad, que se sitúa al lado de la laguna y de la sede del flamenco, aunque más tarde descubrí que el barrio de flamenco se encuentra en otra parte de la ciudad.
Fuimos a cenar junto con Bea (que es
(Vista desde el pan de Azúcar)
la hermana de la ex compi de piso de Lara, que son cariocas hijas de españoles) y unos amigos suyos portugueses. Cuando estábamos cenando en la terraza ocurrieron dos anécdotas que reflejan muy bien cómo es Brasil y fue lo siguiente, miro hacia un árbol y veo un animal subiendo por él, le pregunto a Bea y me dice que es un mono pequeñito, muy típico de la zona (no me acuerdo del nombre), a mi me sorprendió ver un mono con un rabo enorme, al rato, veo que el “mono” sigue subiendo por el árbol y le veo la cabeza, y vi que era alargada, por lo que no me parecía para nada a un mono, asique vuelvo a preguntar y ya me dice que sí, que eso es una rata, pero una rata enorme, brutal, como no la había visto en la vida, y eso que en Londres las hay también descomunales.


Bueno eso fue la primera, la segunda fue que al ratito de ver la rata, tan ricamente que estábamos en la terraza con un tiempazo brutal, (tanto nosotros como la rata) empezó a chispear y a los pocos segundos a caer el diluvio universal, pero de una manera increíble, tropical (cómo el clima lo indica) y no tuvimos más remedio que irnos a dentro del restaurante.




(con los portugueses de fiesta)

Luego nos fuimos a tomar otras caipirinhas y pa la cama (que estábamos reventaos después de un día tan completo) no sin antes recibir más consejos de cómo moverse por Rio. (si necesitáis consejos ya os lo diré).

Al día siguiente tocó turismo total, primero nos fuimos a Copacabana e Ipanema a darnos un bañito (dónde continuamos viendo cómo se cultiva la gente el cuerpo) y luego en un minibús a hacer un tour turístico.

(Con Raúl en Copacabana)



La pena del tour fue que cuando subimos al Cristo de Corcovado es que estaba inmerso en una nube y no se veía ni el Cristo ni las vistas de la ciudad, el mar y la laguna, pero bueno, luego en el Pan de Azúcar nos resarcimos de vistas. A parte visitamos la catedral (la verdad es que no parece que sea catedral, como se puede ver en la foto), alrededores de Maracaná y el sambodromo.



(tampoco lo vimos nosotros)

(en el Sambódromo)


(con palomitas delante de la catedral e Rio)

(desde el Pan de Azúcar por la noche)

Por la noche volvimos a quedar con Bea y nuestros amigos los portugueses y nos fuimos a cenar a un portugués y a salir por la Zona de Lapa, a una discoteca con música en directo y zona de baile. Muy divertido, tanto que en teoría al día siguiente teníamos reservado un albergue en Buzios, una ciudad pequeñita a unas tres horas de Rio, pero no fuimos, porque acabamos muy tarde ( o temprano) y el bus podría tardar unas seis horas debido a las caravanas que se esperaban por ser día de puente. ASIQUE NOS QUEDAMOS!!!!!!!!



(Dentro del garito del barrio de Lapa)

Parecía muy bonito lo de quedarse, pero claro, no teníamos hotel, pero estábamos seguros que tendríamos sitio en nuestro hotel; Quien iba a querer ir a un hotel en la entrada al morro de la favela???Pues resulta que mucha gente, porque no había sitio. Asique nos veíamos en Rio sin hotel, pero gracias a Bea conseguimos un hotel mucho mejor que el que teníamos en la zona de Flamenco.




Este último día completo en Rio lo aprovechamos para ir a visitar los alrededores de la ciudad y salir por la noche a un restaurante brasileño, en el que estábamos solos, ya que era viernes Santo y la gente no come carne, sólo los pecadores cómo nosotros…


(Comiendo en el Rodicio)


La noche la cerramos con unas caipirinhas (of course)


Al día siguiente nos fuimos a Ipanema y disfrutamos de un día de playa, aunque como podréis ver en el video el mar estaba muy picado debido a un huracán que había en el océano y no era posible darse un baño, aunque por el módico precio de 3 euros nos pasamos el dia en la tumbona y con un coco, que la verdad, ya tenía ganas de tomarlo. Aunque no fue lo único que comimos ya que todo el tiempo estaban pasando comerciantes que te ofrecían de todo y barato.



(Como unos marqueses oye)



Y eso fue lo último que hicimos en Rio, ya que después cogimos un taxi de vuelta a Sao Paolo.

Fin de la 3ª parte (lo se,voy muy lento)

martes, 5 de mayo de 2009

BRASIL II Iguazú


Nada más terminar la noche de Sao Paulo nos fuimos por la mañana a Iguazú, junto con un amigo de Leo (becario agro de Sao Paulo) que se llama Sandro (italiano que vive en Milán y nos tuvimos que conocer en el otro hemisferio, tócate los cojones).

Nos levantamos tempranísimo, ya que el vuelo salía a las 7 de la mañana, pero el madrugón fue improductivo porque tuvimos que esperar más de 2 horas debido a la niebla que había en Iguazú.
Poco antes de aterrizar, uno se da cuenta de lo bonito que es aquello, ya que desde el avión se veía el cambio de paisaje y el rio, guapiiisimo. Nada más aterrizar y salir del aeropuerto se supone que nos esperaba un guía que habíamos contratado (muy recomendable, ya que por unos 10-15 pavos por persona te lleva desde el aeropuerto a las zonas turísticas y te lleva al hotel), pero el hecho es que no estaba, ya que tardamos en salir de la zona de desembarque, puesto que nos embadurnamos en repelente de mosquitos en el baño y tardamos mogollón en salir. Al final, tras muchas llamadas y preguntar a mucha gente, apareció y nos llevó directamente al parque de las aves.
Es un parque que lleva unos diez años abierto dónde puedes pasear incluso dentro de las jaulas, a la quinta foto que te haces con un tucán o un loro, empieza a perder interés, aun así, es digno de visitar.
Al terminar de ahí, fuimos hacia el parque de Iguazú, donde fuimos directamente a hacer rafting, al llegar al sitio, te encuentras con las cataratas, una imagen increíble, y tienes que bajar por unas escaleras de metal que dan al vacio (estás pasando al lado de un precipicio), pero con unas vistas que merecen el tembleque de piernas.


El rafting fue muy bien, aunque deberían de cambiar el nombre de rafting por el de baño en el rio con chaleco y casco. Si bien, al principio, mis compis estaban un poco asustados (yo no ya que sabía que mi tía Aurori lo había hecho antes y me tranquilizó mucho saber que ella no me había dicho nada de que fuera peligroso) ya que la parte del rio desde donde comienza el rafting-baño baja el agua con mucha fuerza, nada más terminar los primeros 500m de un recorrido de 4 km, el agua baja totalmente tranquila, por lo que nos metimos en el agua y fue un baño de lo más agradable y en un marco excepcional.

Al terminar nos fuimos a unos miradores donde pudimos ver las siguientes imágenes, no coment.


Al día siguiente nos fuimos hacia la parte Argentina del parque (en seguida uno se da cuenta del cambio, y no es por el cambio de idioma o de bandera, sino porque ves a todo el mundo bebiendo mate), dónde nos pareció más bonito aún el parque, ya que los miradores están más cerca de las cascadas, incluso en la más grande, dónde el sonido del agua es brutal, y uno se queda completamente empapado por el agua que salpica desde las cascadas.


Otra cosa muy bonita de la parte argentina, es que se veían más mariposas, todas increíbles y en una cantidad que parecían que venían “a granel”, y más Coatíes, que los cabrones se les ven muy majetes, pero son tipo el oso Yogi y roban mogollón de comida, encima si te muerden, te pueden trasmitir la rabia. Una historia curiosa de estos animalejos es que desde que se visita el parque, han aumentado muchísimo en número y sufren de obesidad, ya que les pirra las bolsas de patatas y chucherías.


Y bueno, os preguntaréis que cómo no pongo más fotos y escribo menos, pues que aquí, el espabilao, perdió la cámara justo el día que nos volvíamos de Iguazú y no sólo eso, os comento la jugada:
Estábamos Raúl, Sandro y yo aprovechando la última hora en el parque, justo tras terminar nuestro viaje en barco por debajo de las cataratas (si si te meten debajo de las cataratas) y cuando salíamos nos hicieron una encuesta y allí encima de la mesa deje la cámara, pero eso no es todo, ya que cómo quedaba una hora hasta que viniera nuestro guía decidimos tomarnos una cerveza Quilmes en el lado argentino (no sabía que había perdido la cámara) y allí nos quedamos hasta que fue la hora de irnos hacia la puerta del parque, donde nos esperaba el guía, en ese momento me di cuenta de la pérdida, pero nada, me dieron una dirección de objetos perdidos de la que no tengo noticias hasta la fecha, luego, salimos echando leches hacia el aeropuerto de Foz (parte brasileña) ya que Sandro tenía el avión para Sao Paulo, pero lo perdió, ¿porqué? Porque nos habíamos fiado todo el tiempo de la hora de su móvil que, sin que nos diéramos cuenta se había cambiado de hora automáticamente a la hora argentina, (1 hora menos) y cómo nuestro guía era el hombre tranquilo no nos dijo nada y estuvo esperando una hora en el punto de encuentro mientras nosotros tres gilipollas nos estábamos bebiendo una Quilmes tan ricamente y perdía mi cámara, por lo que llegamos al aeropuerto justo cuando cerraron la puerta de embarque.


Y nada, al final Sandro se pilló la vuelta con nosotros al día siguiente y se vino a nuestro hotel de extranjis, y así acabo la segunda parte del viaje a Brasil.