Esta vez nos juntamos:
Imanol y Ari desde Varsovia, Mari Nieves desde Paris, Xabi y Alba (PromoMadrid) desde Praga, Marta y Sara desde Copenhague, Pe-Fe y Jone desde Londres y Raúl, Irene (PromoMadrid) y yo desde Milán.
Nada más llegar empezamos, como viene a ser costumbre, a comer y a beber e Imanol, al igual que en Praga, insistió en beber perritos rabiosos, pero en esta ocasión los perritos rabiosos se quedaron en perritos callejeros, no había ni tabasco ni sirope de fresa y se hizo con un zumo que sabía a rayos. Al final esa noche no salimos de fiesta todos, ya que los londinenses llegaron muy tarde y a excepción de Imanol, Raúl y Xabi los demás nos quedamos en el apartamento esperándoles, pero bueno, la verdad es que se estaba muy bien en el apartamento, todos teníamos una cama, y había un salón increíble con la Wii y un proyector, además se encontraba muy céntrica la casa.
A la mañana siguiente nos fuimos a Auswitch, todos menos los tres artistas que salieron por la noche, Xabi e Imanol porque ya habían visto campos de concentración nazis y Raúl por baja de última hora.
La verdad es que Auswitch, sin ser una visita agradable, desde mi punto de vista es un lugar que todo el mundo debería de visitar (este u otro campo de concentración), ya que así uno entiende el infierno que pasó esa gente y ve lo que ocurrió no hace tanto tiempo, a pesar de que algunos se atrevan a negarlo.
La visita estuvo bastante bien, cogimos la visita guiada (como en casi todos lados no hay en español) en inglés y duró unas tres horas en las que visitamos Auschwitz que en principio pertenecía al ejército polaco y por eso las casas que se ven son de ladrillo (ya estaban construidas) y Auschwitz II (Birkenau) que es el campo que construyeron los prisioneros-esclavos (unas 30 veces mayor y en su mayoría de madera como se ve en las fotos) y que la mayor parte de la gente conoce como Auschwitz. Repito una visita muy interesante e impactante.
Al volver de la visita, durante la que nos llovió bastante, nos fuimos de cena a un restaurante típico polaco, por la comida y por el comportamiento de los camareros (bordes y maleducados), tras la cena tuve noticias de que el mandril nos había robado como de costumbre y nos fuimos de fiesta, durante la cual pude, por fin, probar los perritos rabiosos (en la foto son otros, tanto hablar de ellos y ni una foto, cagüen), un chupito muy interesante.
Al día siguiente de vuelta a un restaurante típico polaco, mal servicio (tanto que tardaron más de una hora en servirnos y los londoners se marcharon sin comer) y muy barato, visita a la ciudad y vuelta a Milán.
Bueno, la verdad que tras dos visitas a Polonia, puedo decir que es un país digno de visitar, muy barato, y con gente bastante simpática, a excepción de los servicios, dónde se nota que no hace tanto tiempo vivían en una sociedad comunista en la que no hacía falta ser simpático para servir a la gente, ya que tu sueldo iba a ser lo mismo lo hicieras bien o mal. (Es una opinión muy personal, lo sé, pero no le encuentro otra explicación medio lógica).
A todo esto, aprovecho para decir que el último finde de mayo me piro a Cerdeña, quien quiera venir, que me avise.
Baci a tutti!!!!!
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